Se calcula que en el futuro próximo vamos a morir todos como hace 100 años a consecuencia de infecciones.
La resistencia a los antibióticos se está convirtiendo en un problema creciente y mundial.
Como habéis comprobado ya se están haciendo campañas televisivas advirtiendo que no se usen antibióticos para todo. Por ejemplo ahora que se acerca el brote de gripe hay que saber que los antibióticos no sirven para la infección de virus, ni el de la gripe ni el de los resfriados comunes.
Los antibióticos son medicamentos utilizados para la prevención y el tratamiento de las infecciones bacterianas no de los virus. Usados correctamente salvan vidas pero hay un creciente problema de resistencia a antibióticos.
Este fenómeno se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos, haciéndose inmunes al tratamiento. Esto supone un grave problema ya que cuando el tratamiento fracasa o la respuesta a él es lenta, la enfermedad se prolonga y aumenta el riesgo de muerte; además, el paciente sigue siendo contagioso durante más tiempo, y eso aumenta las posibilidades de que la cepa bacteriana resistente se transmita a otras personas.
Este problema se está agravando con el paso del tiempo y supone un motivo de alarma a nivel mundial ya que muchas enfermedades dejarán de tener un tratamiento efectivo en los próximos años, con las consecuencias que ello supone de muertes y grandes epidemias.
La causa más importante es el uso inadecuado de estos medicamentos, tanto por un uso excesivo como por un uso insuficiente:
Se toman durante un tiempo demasiado breve o en dosis demasiado bajas: cuando se empieza un tratamiento hay que terminarlo aunque te sientas mejor( en general no menos de una semana) si lo interrumpimos demasiado pronto o utilizamos dosis bajas, algunas bacterias pueden sobrevivir y volver a infectarte o peor hacerse resistentes.
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